Persígalo.
Y si se deja atrapar
¡acorrálelo!
Empiece pues a indagar, a atontarlo.
A preguntarle justo lo que no desea saber.
Pero, sobre todo
lo que él (ella) jamás le diría.
¡Tortúrelo!(la) ¡Oblíguelo!(la)
Cabizbajo(ja), sediento(a)
y con la conciencia cronometrada
terminará blasfemando.
Es lo que saben hacer mejor.
Lágrimas.
Llore...
Es lo que usted sabe hacer mejor.
Puede que...
sea una rareza de espécimen
y suelte alguna verdad, con colores muy ocres.
- torcida siempre -
El aire se dosificará.
Transpirará miedo y correrá por su cuerpo.
Se cortará en dos pedazos..
con un suspiro.
Lo que ya sabe
quedará siempre oprimido y latente.
Pero en su caso, triste...
tendrá que agradecerlo.
Es increible ver cuantas maneras hay para sufrir.Es más fácil que ser feliz.
ResponderEliminarBesos, Victor!
Quién sufrió, seguramente tiene una buena historia de amor que contarnos...
ResponderEliminar